Los jóvenes somos el punto exacto en la historia, entre el hoy y el mañana para transformar significativamente las bases de una sociedad. Históricamente, esto se pone de manifiesto en todas las revoluciones o cambios en los cuales transita una sociedad qué, los jóvenes son los principales reivindicadores de derechos a lo largo de la historia de la humanidad, como  en el Cordobazo, La noche de los lápices, el Mayo Francés, la Reforma universitaria de  1918, La Primavera árabe y muchas otras. Pero  actualmente  y como ha sucedido antes, se cuestiona la politización del joven como también la iniciativa de los mismos por incursionar en el ámbito político.

 

Aquí es donde nos enfrentamos frente a una gran falacia, aceptada socialmente e impulsada por sectores que pretenden una juventud dormida, la cuál es “La Juventud está perdida” o “Los jóvenes no se interesan en nada, menos en la política”, estas construcciones que solo buscan defenestrar el arduo trabajo de jóvenes en los últimos años, cuando en realidad no son más que problemas institucionales y de incentivo.

Cuando dicen que a los jóvenes no les interesa la política es porque nunca hablaron con jóvenes, porque en todos hay inquietudes, proyectos, ideas, ganas de comenzar a hacer política, debatir, formar un pensamiento crítico y transformar realidades. La necesidad por la que transcurren estos jóvenes es originada en la falta de acompañamiento, el brindarles un lugar para realizar las actividades políticas y las herramientas para formar un pensamiento crítico en base a sus convicciones.

 

Para que esto se vuelva una realidad se necesita el fortalecimiento de instituciones de formación de la razón, que son las instituciones educativas mediante la reforma y actualización de la misma buscando el razonamiento como pilar en las estructuras de los planes de estudio para formar a ciudadanos críticos.

 

Luego la principal herramienta de participación juvenil es el Centro de Estudiantes, el cual es demandado por infinidades de jóvenes a lo largo y ancho del país, a los cuales sus colegios no les brindan la posibilidad de pertenecer y conformar el mismo, ignorando que el Centro de Estudiantes es uno de sus Derechos tal como dice la Ley Nacional de Centros de Estudiantes 26877 en su ARTÍCULO 1° “Las autoridades jurisdiccionales y las instituciones educativas públicas de nivel secundario, los institutos de educación superior e instituciones de modalidad de adultos incluyendo formación profesional de gestión estatal y privada, gestión cooperativa y gestión social, deben reconocer los centros de estudiantes como órganos democráticos de representación estudiantil.”

 

La importancia en el Centro de Estudiantes radica en que fomenta en los estudiantes el principio de democracia; en conocer, defender y reconocer  sus derechos como los derechos humanos en general; a garantizar, conocer y reconocer el derecho a la libre expresión de sus ideas; luchar por la calidad de la educación; representar a los estudiantes frente a circunstancias conflictivas, etc.

 

En modo de conclusión la participación política de los jóvenes son la base de la vida en sociedad, la responsabilidad civil reflejada en la responsabilidad por el otro, el cumplimiento de normas, el trabajo en conjunto, la pluralidad de voces, el mecanismo para llegar a un consenso, la identificación de problemas colectivos y la conjunta resolución de los mismos y muchos aspectos que derivan de la misma tiene por objetivo el fortalecimiento día a día de la forma en la que queremos vivir, en libertad.